viernes, 19 de junio de 2009

Corriente continua

A Carmen, el amor.

Estás debajo de la cuchara,
en lo que esconde el fondo del plato,
en la maquinaria del callejón
y en cada una de las cajas que me quedan por abrir.
Estás en el albedrío, de brindis,
en las fachadas de la memoria,
en la espalda del turno sin remite
y en la abolición curva de la pena estás,
derribo de la vela que sanciones alumbra,
bacteria fugaz y contagio compás de cadera
estás frente al cadáver de lo fingido, lo pateas.
Mirando al linde de una sonrisa que huye estás
abriendo el grifo de la palabra,
y en el ojo cerradura por donde te miro
te giras y en un beso me das la llave.
En el arco voltaico libídine estás
y me estás acariciando la escapada,
tranquila, estoy para darte mi fauna
sin envoltorio, garrapata en la grupa
de tu animal mujer y en lo humanamente posible,
estar en la última mejilla, sonriendo
en cualquiera de los dos lados,
hasta fin de obra.
Sergio Marín

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